La falta de árboles y espacios verdes en las ciudades, cerca de las zonas residenciales, puede acortar la vida de sus habitantes.

La disponibilidad de espacios verdes en una ciudad, accesibles a la población, puede salvar vidas. Un estudio de la Instituto de Salud Pública de Barcelona (ISGlobal), que se publicó en la revista The Lancet Salud Planetaria y que puede explorarse en este sitioanalizó más de mil ciudades europeas con más de 100.000 habitantes y descubrió que pueden evitarse hasta 43.000 muertes prematuras al año si se siguen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en relación con la proximidad de las zonas verdes a las zonas residenciales.
Num clasificación Según un estudio de ISGlobal, Guimarães y Coimbra figuran entre las 10 ciudades europeas de más de 100.000 habitantes con menor tasa de mortalidad por falta de espacios verdes. En primer y segundo lugar están Elche y Telde, ambas en España. Guimarães es tercera y Coimbra, quinta. Rotterdam (Holanda) ocupa el décimo lugar.

En cuanto a las ciudades donde más gente muere por falta de espacios verdes, las italianas Trieste y Turín ocupan los dos primeros puestos, respectivamente, y la inglesa Blackpool, el tercero. Bruselas (Bélgica) es quinta, Copenhague (Dinamarca) octava, A Coruña (España) novena y Lyon (Francia) décima. El Área Metropolitana de Lisboa ocupa el puesto 301 en esta tabla de ciudades donde más personas mueren por falta de espacios verdes.

Los espacios verdes evitan muertes
Los espacios verdes se asocian a una serie de beneficios para la salud, como una menor mortalidad prematura, mayor esperanza de vida, menos problemas de salud mental, menos enfermedades cardiovasculares, mejor funcionamiento cognitivo en niños y ancianos y bebés más sanos. También ayudan a mitigar la contaminación atmosférica, el calor y los niveles de ruido, contribuyen al secuestro de CO2 y ofrece oportunidades para el ejercicio físico y la interacción social.
Basándose en la revisión de las pruebas científicas, la OMS recomienda el acceso universal a los espacios verdes y define que debe haber una zona verde de al menos 0,5 hectáreas a una distancia lineal no superior a 300 metros de cada vivienda. Los resultados globales del NDVI mostraron que 62% de la población vive en zonas con menos espacios verdes de los recomendados. Esta falta de espacios verdes se asocia a 42.968 muertes -el 2,3% de todas las muertes por causas naturales- que podrían evitarse cumpliendo las recomendaciones de la OMS, afirman los investigadores de Barcelona.
El Instituto de Salud Pública de Barcelona estimó la mortalidad atribuible a la falta de zonas verdes en 978 ciudades y 49 áreas metropolitanas, incluida Lisboa. Para calcular la cantidad de zonas verdes de cada ciudad y área metropolitana, se utilizó como indicador principal el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI). El NDVI mide el grado de verdor de una zona; tiene en cuenta todos los tipos de vegetación, desde los árboles de las calles hasta los jardines privados, y se calcula a partir de imágenes de satélite. Como el tipo de vegetación difiere entre ciudades y regiones y no todas tienen el mismo tipo de verdor, el equipo de ISGlobal tradujo la recomendación de la OMS en un valor NDVI específico para cada ciudad.
El equipo de investigadores utilizó datos de 2015 sobre mortalidad por causas naturales y niveles de zonas verdes de cada ciudad. Utilizando una metodología cuantitativa de evaluación del impacto sanitario y datos de grandes metaanálisis previos de estudios existentes sobre la asociación entre zonas verdes y mortalidad, calcularon el número de muertes por causas naturales que podrían evitarse si cada ciudad cumpliera la recomendación de la OMS.
Más del 60% de la población no tiene acceso suficiente a espacios verdes
"Nuestros resultados muestran que los espacios verdes están distribuidos de forma muy desigual en las ciudades europeas, con una mortalidad atribuible a una exposición insuficiente a los espacios verdes que oscila entre 0% y 5,5% de todas las muertes naturales, dependiendo de la ciudad."Evelise Pereira, investigadora de ISGlobal y autora principal del estudio, comenta, en un comunicado de prensa. "Sin embargo, el impacto desigual no sólo se da entre ciudades, sino también entre distintas zonas dentro de las ciudades, lo que pone a algunas personas en desventaja según la ciudad o el barrio en el que vivan. A menudo, los espacios verdes no están cerca de donde vive la gente, y ésta no obtiene los beneficios para la salud"añade.
La lista de ciudades con las tasas de mortalidad más elevadas atribuibles a la falta de espacios verdes incluye ciudades de Grecia, Europa del Este, las repúblicas bálticas e Italia, así como la mayoría de las capitales del continente europeo. En concreto, las capitales con las tasas de mortalidad más elevadas fueron Atenas, Bruselas, Budapest, Copenhague y Riga.


"Este estudio ofrece una visión de conjunto que demuestra que queda mucho trabajo por hacer en cuanto a la reforestación de las ciudades y que la reducción de la mortalidad podría ser aún mayor si estableciéramos objetivos más ambiciosos que las recomendaciones de la OMS"señaló Mark Nieuwenhuijsen, director de la división de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal y último autor del estudio. "Las ciudades europeas deberían centrarse en recuperar suelo urbano para espacios verdes, introduciendo soluciones basadas en la naturaleza, como azoteas verdes y jardines verticales, y otras medidas como redirigir el tráfico, desenterrar el asfalto y sustituirlo por espacios verdes, corredores verdes, árboles en las calles y pequeños parques. Nuestro estudio también muestra que es importante que los espacios verdes sean accesibles y estén cerca de los hogares"añade Nieuwenhuijsen.
El estudio incluyó un segundo análisis utilizando un indicador de espacios verdes diferente: el porcentaje de zonas verdes (%GA). A diferencia del NDVI, este indicador mide el porcentaje de una zona declarada oficialmente como espacio verde y sólo tiene en cuenta las zonas verdes públicas. Las estimaciones de la carga de mortalidad asociada a este indicador se basaban en pruebas anteriores menos sólidas y los resultados no eran estadísticamente significativos. Este segundo análisis mostró un número menor de muertes evitables: 17.000 en total.
Una limitación importante del estudio es que no tuvo en cuenta la presencia de zonas azules, como ríos o playas, cuyos posibles beneficios para la salud, por tanto, no se estimaron. El estudio incluye otra parte dedicada a la mortalidad atribuible a la contaminación atmosférica. Los datos completos de este estudio pueden consultarse en en esta página y también descargado en .xlsx aquí abajo.