Tras 12 años en el Largo do Intendente y dos en el Cuartel de Santa Bárbara, Largo Residências ha encontrado un nuevo hogar... y la ciudad ha ganado un nuevo espacio verde y cultural. Los Jardines de la Bombarda surgen como una "utopía en ciernes" dentro de una zona del antiguo hospital psiquiátrico de Lisboa, actualmente abandonada.

El trabajo de ciudadanía y cultura que comenzó en Intendente y continuó en el Cuartel Santa Bárbara se traslada ahora a un nuevo espacio: el Cuartel Santa Bárbara. antiguo Hospital Miguel Bombarda. "El Hospital Miguel Bombarda sólo se utilizaba como zona ajardinada. No teníamos acceso a la zona edificada, aparte de una pequeña parte aquí donde tenemos nuestras oficinas y donde vamos a tener un restaurante-bar." José Luís Costa es uno de los gerentes de la cooperativa Residencias Largo y nos lleva de visita guiada por el nuevo espacio cultural y comunitario que se está creando en parte del antiguo hospital psiquiátrico. Se llama Jardines de Bombarda - jardines porque no querían que el legado del hospital estuviera a su nombre- y se nos presenta como un "lugar en construcción". Justo en la entrada, una frase marca el tono de lo que este espacio, antes cerrado a las personas y a la ciudad, va a ser a partir de ahora: "las utopías, por definición, están siempre en construcción".


"Tomamos esta filosofía de las utopías en construcción casi como nuestro lema. Y por eso queríamos tener esta idea estampada justo en la entrada, en la pared". explica José Luís Costa. En realidad, es un muro alto, robusto y de color naranja que rodea el edificio por el lado de la Rua Gomes Freire, donde la entrada a la ahora. "Es increíble cómo este muro esconde un enorme jardín en su interior". Los Jardines de Bombarda empiezan justo en el muro, que ahora tiene dibujos de flores y otros elementos en un intento de llevar el espacio verde del interior al exterior. "Con el tiempo, queremos transformar todo el muro en una especie de galería de arte que invite a la gente que pasa por la calle a entrar en este espacio".
Un pinar, una meseta, un bulevar y un jardín romántico

Cualquiera que entre en estos jardines pronto se convierte sorprendido por un agradable y robusto pinarEs un lugar estupendo para relajarse, ofrece sombra en un día caluroso y una zona de juegos gratuita para los niños. Algo que no siempre es fácil de encontrar en el centro de la ciudad. Hay mesas y sillas repartidas por los alrededores que la gente puede ajustar a su gusto y necesidades para crear zonas de descanso y relax. Para disfrutar del espacio, no es obligatorio comer en el bar instalado en un pequeño edificio rehabilitado, pero hay una carta con bebidas y aperitivos. aperitivosa precios justos y asequibles.





En la parte trasera, hay un auditorio hecho con palés de madera, una zona semicubierta donde se pueden organizar actividades para niños y otras personas, y un antiguo lago artificial que ahora se ha transformado en un espacio para socializar o debatir, gracias a una instalación hecha con cajas de cerveza y tablones de madera. "Descubrimos que existía este tanque incluso antes de la época del hospital, desde los tiempos de la Quinta Rilhafoles. Desgraciadamente, por razones de seguridad, no podemos utilizar el rincón para el agua, pero decidimos convertirlo también en un espacio de debate, donde la gente pueda charlar dentro del tanque. Y al mismo tiempo, si queremos, podemos hacer sesiones de cine aquí, proyectando sobre esa pared blanca". En el edificio donde está el bar hay aseos, un taller con horno donde se pueden realizar actividades de cocina y dos habitaciones equipadas que sirven de residencia artística para creativos que desarrollan un proyecto en la ciudad.

El Pinar es sólo una parte de los Jardines de Bombarda. El espacio cuenta también con un Jardín Romántico, donde diversos parterres, árboles y arbustos dan forma a espacios para charlar, jugar y también para salir. También en esta sección hay un jardín comunitario, que será gestionado por una serie de vecinos y voluntarios. Pero hay otros pequeños jardines repartidos por el recinto. "Estamos implicando a artistas residentes y colectivos en la creación de los distintos espacios. Hay algunos espacios que ya están listos y otros que están por nacer, como, por ejemplo, un espacio espiritual, que estará aquí, quizá más adelante". - José señala un rincón del pinar, junto al edificio donde Largo tiene sus oficinas y donde funcionará el restaurante-bar.




Un lugar en construcción
Como estos jardines están en construcción, aún quedan partes sin terminar. Es el caso del Planalto y de la Alameda das Oliveiras, donde se están instalando unas 40 estructuras modulares de madera para la ocupación de los residentes permanentes, y en el caso del Planalto también un escenario que se utilizará para conciertos. En una fase menos avanzada se encuentra la transformación de un antiguo cobertizo, entre la Alameda y el Pinhal, en una sala de espectáculos y ensayos. El edificio será el Estudio Valentim de Barros Además de un espacio para conciertos y otros espectáculos, contará con un vestíbuloCuenta con dos salas de ensayo y una sala de ensayo. La sala lleva el nombre del bailarín Valentim de Barros, que pasó la mayor parte de su vida hospitalizado en el Miguel Bombarda.

Largo Residências está llevando a cabo la restauración de todo el recinto en colaboración con arquitectos y artistas amigos, como los talleres Trabajar con el 99% e Oso polar negro. Pero como Largo es una cooperativa cultural, su capacidad financiera es limitada. Tras un financiación colectiva La recaudación inicial, que rondó los nueve mil euros, contó con cierto apoyo público, concretamente del programa Europa Creativa y DGArtes, así como la participación de inversores sociales. "Nuestra cooperativa podría haber acudido a los bancos en busca de un préstamo -no digo que no vaya a ocurrir a medio plazo-, pero en esta primera fase queríamos abrirnos a la comunidad y encontrar personas que se identificaran con el proyecto y estuvieran dispuestas a invertir en él. Se nos ocurrió un tope mínimo y máximo de entre 2.500 y 25.000 euros, con un tipo de interés de 3% al año, y luego con algunas contrapartidas como, por ejemplo, tener derecho a utilizar gratuitamente uno de estos espacios una vez al año".explica José. La afluencia fue sorprendente, se presentaron inversores que no lo sabían, incluso algunos vecinos que quieren formar parte de la construcción de este espacio cerca de sus casas.


Para Largo, el Los Jardines de Bombarda son inevitablemente un proyecto por fases. "En un sentido muy general, toda la reurbanización de este proyecto no es inferior a 300.000 euros". La primera fase consistió en abrir las principales zonas públicas del nuevo espacio, en particular el Pinhal y el Jardín Romántico. "Luego habrá una segunda fase, cuando se abra la parte de Planalto. Y una tercera fase, quizá no hasta 2025, cuando abramos la Sala Estudio Valentim de Barros". En el futuro, Largo no oculta otras formas de financiación, especialmente para la realización de la Sala Estúdio. "Vamos a intentar el mecenazgo y el patrocinio. Vamos a intentar insistir en ello y ver cómo podemos hacerlo". La primera inauguración tuvo lugar el pasado fin de semana, 15 y 16 de junio, y atrajo a muchas personas y familias con niños que sentían curiosidad por ver una parte de la ciudad que hasta entonces les había estado vedada y que tiene un pasado oscuro y pesado.
Preservar el pasado, mirar al futuro
En esta nueva vida, el pasado no se olvida. Los recuerdos del antiguo hospital psiquiátrico siguen vivos entre algunos vecinos y son rememorados por José: "Tuvimos algunas reuniones con los vecinos antes de abrir al público, y muchos nos contaron historias muy duras y violentas de oír gritos, ver a pacientes tirarse por las ventanas o colgarse de los árboles aquí. Este espacio tiene un pasado muy fuerte". Algunos de estos relatos también han sido recogidos en un libro publicado en 2020 por Tinta da China, Locuras: lo que dejaron en el manicomioescrito por la periodista Catarina Gomes.





El nombre que Largo decidió dar a la futura Sala Estúdio -Valentim de Barros- evoca parte de este recuerdo. "Valentim de Barros fue el primer bailarín portugués que se internacionalizó en los años 30 en Alemania. Luego huyó de la Segunda Guerra Mundial, perseguido por el nazismo, y en Portugal fue perseguido por el fascismo. De hecho, cuando llegó aquí, acabó hospitalizado en este hospital a causa de su homosexualidad. Fue sometido a lobotomía, descargas eléctricas... La salud mental en aquella época se veía de otra manera, de forma muy violenta".dice. Largo Residências quiere ahora dar a Valentim de Barros el reconocimiento que nunca tuvo. "Además de bailar, Valentim tenía un enorme talento para las artes plásticas y visuales. Era un genio, pero nunca se le reconoció como tal. Decidimos honrarle con esta sala".


La preservación de la memoria del antiguo hospital también se aprecia en los esfuerzos de Largo Residências por mantener parte del trazado original del espacio, que ahora adquiere una nueva dinámica social y cultural. En los últimos meses, Largo ha trabajado en la limpieza de toda la zona de los ahora Jardines de la Bombarda, retirando la maleza y la basura que se habían acumulado, pintando paredes, tapando agujeros y preparando los nuevos caminos y funciones. Por ejemplo, en los edificios donde ahora están el bar, los aseos y la residencia de artistas, se cambiaron las ventanas y se rehicieron los interiores. "Sólo hemos intentado mantener más o menos el color que tenían aquí, mantener el tejado igual, el resto en el interior está todo renovado"explica José. "Queríamos mantener estos lugares más o menos como estaban cuando llegamos".
De Intendente a Bombarda
El Hospital Miguel Bombarda es una de las muchas propiedades estatales que yacen vacías en medio de la ciudad. Al igual que el Cuartel de Santa Bárbara, antigua sede del Largo. Por José, "es prácticamente criminal" hay bienes públicos abandonados o vacíos en medio de las ciudades, pero la "el tercer sector puede desempeñar un papel" al activar estos espacios. "El hecho de que sean usos temporales no es el mayor problema para nosotros. Claro que es un reto y nos gustaría tener algo con más estabilidad. Si existe la posibilidad de utilizar los espacios para una ocupación temporal, es preferible a dejarlos vacíos"dice. "Incluso sin un proyecto cerrado y definitivo, el periodo de abandono es muy largo. Nos damos cuenta en los cuarteles de lo rápido que se deteriora este patrimonio".





Fue en el Cuartel de Santa Bárbara, antiguo complejo de la GNR en la zona de Estefânia, donde Largo Residências creó un lugar de ciudadanía y cultura en octubre de 2022, con más de 900 eventos, 80 socios y 40.000 visitantes a lo largo de un año. Fue también en el Cuartel que Largo ganó otra notoriedad, pero el trabajo social y cultural, que también implica un esfuerzo de inclusión social tratando de emplear a personas en situaciones frágiles y difíciles, comenzó en el Largo do Intendente en 2011. "Todo empezó en el número 19. Teníamos un edificio con varias plantas. El último piso era una sala sólo para artistas en residencia. Así nació Largo, en esta relación con las residencias de artistas. Luego teníamos el negocio social, que era un café en la planta baja y abierto al público, con precios siempre muy asequibles. Con el café empezamos a crear una relación con los vecinos y la comunidad".recuerda. "Y luego teníamos las otras habitaciones de alojamiento, que también eran más asequibles, y que también era una de las formas de autofinanciación que siempre hemos tenido". A lo largo de estos 10 años en Intendente, Largo ha tenido varios proyectos vinculados a la cultura y el arte, como el festival Fiestas de barrio.
Pero en 2022, la especulación inmobiliaria empujó al Largo fuera de Intendente y hacia el Cuartel. Una oportunidad que el proyecto supo aprovechar para crecer. "En Intendente teníamos una pequeña sala de ensayo, que sólo podía acoger a un artista al mes, dos como mucho. En el Quartel, ahora tenemos más de 50 proyectos, más de 100 artistas y profesionales de la cultura de paso. Se ha creado una comunidad mucho más fuerte". José explica que esperaban quedarse más tiempo en el barracón, pero "fue uno de los espacios que acabaron formando parte de los proyectos de vivienda asequible del PRR, así que tuvimos que mudarnos pronto". "Con todo el movimiento que se había creado allí, con el ecosistema tan grande que ya teníamos, intentamos buscar un espacio alternativo que también pudiera acoger estos proyectos, también de forma temporal, pero un poco a medio plazo. Y fue entonces cuando llegamos al antiguo hospital psiquiátrico Miguel Bombarda".





La utopía de los Jardines de Bombarda acaba de empezar a construirse. El espacio estará siempre abierto de martes a domingo, entre las 10.00 y las 24.00 horas. La programación se desarrollará principalmente los jueves, viernes y fines de semana. En julio, habrá una colaboración con el Teatro Nacional D. Maria II, con un espectáculo en los Jardines. "También estamos pensando en algunos ciclos de cine, también vinculados al lugar de la salud mental, para traer también a este lugar debate, conversación y reflexión". Pero aunque no haya nada en los Jardines de Bombarda, las puertas seguirán abiertas. "Puedes venir aquí a tomar una cerveza, a comer algo o simplemente a leer un libro".